Unos fussilis
cocidos, siguiendo las instrucciones del fabricante y como normalmente
suelen dejar una ventana de un par de minutos, acomodaremos la cocción a
nuestro gusto, para mi un poco al dente. Una vez emplatados se pone en un hueco
que hagamos en el centro la salsa
ardiente de mejillon.
A los fussilis siguieron unas albóndigas al estilo de nuestra cocina, así se suelen oficiar.
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